Primer post de autoescarnio

Y subrayo lo de primero porque creedme cuando digo que no es el último. No es necesario que os leáis ninguna parrafada, es mi blog, mi piedra y mis comeduras de cabeza. Gracias si me leéis y que dios Chuck Norris os lo pague con hijos (para que veáis el amor que os tengo)

En fin, el problema puede partir de aquella llamada maldita adolescencia, o de mi maldita mente. Puede que el problema provenga de mi manía por denominarlo todo maldito, tengo que hacer una lista de esto.

Pues si, me gustabas antes de conocerte y ahí no lo sabías; y lo conocí a él por conocerte a tí y eso tampoco lo sabías. Y eres increible pero no te lo puedo decir porque las cosas así no funcionan. Y esto es una tortura que me aplasta poco a poco. Y no me importa perder el control de mi síntaxis para ahogarme en las frases cortas, no me importa ser repetitiva o poco literaria. No me importa porque estás ahí y porque ganaría el primer premio al plastidecor rosa más vomitivo si eso significa algo para tí. Pero si se que no merece la pena seguir con esto, que si quiero algo de tí lo único que puedo hacer es esperar, me pregunto qué narices tenías para enamorarme. Maldito seas, espero que tu cadáver se pudra junto con el de blogger en el infierno... 

Pues bueno, que ya me he quedado tranquila. Puedes omitir el trozo en cursiva y seguir pensando que soy una cyborg mal programada sin sentimientos. De hecho estaría bien que lo hicieras. En realidad os ordeno que lo hagáis si no quereis morir bajo la ira descontrolada de Ene y sus peluches diabólicos.

... y recuerda, si no comentas mis venas crecerán y me veré obligada a cortármelas.