Y fueron felices y se comieron a todos los niños presentes

Odio a los críos. Lo digo muy en serio. ¿No podrían dejarme tirar alguno por la ventana? Total, si hay un montón, nadie se va a dar cuenta de que faltan unas decenas.

He decidido variar un poco y hoy mi odio irracional tiene una procedencia aceptable, pero para que entendáis esto tengo que remontarme hacía un lejano pasado (la primera semana de Octubre), momento en el que urdí un plan para exterminar la raza humana de forma fulminante.

Si, estoy hablando de ESO.

Me apunte al coro.

(chan chan!)

Primero había que elegir musical y yo de forma civilizada propuse hacer Pesadilla antes de navidad. (Porque ponerle una pistola en la cabeza a mis compañeros mientras arranco la anilla de una granada que tengo en la mano izquierda es algo muy civilizado) Pero el resto no estaba de acuerdo y aplicando una ley de estas modernas e inútiles llamada democracia (con lo bien que estamos haciendo todo lo que yo diga, de verdad, vaya ganas de complicarse la vida) hemos acabado haciendo la Bella y la Bestia . Como a algún gilipollas querido compañero se le ocurrió comentar que a Ene se le da muy bien escribir (¡¿Pero en qué estabas pensando?!) decidieron cargarme el muerto encargarme la encantadora tarea de elaborar el guión y ser la narradora de la historia.

Así que ahí me tenéis. Vestida de camarero y con cara de mala ostia delante de 40 críos de entre 3 y 9 años. Una visión maravillosa, yo soy vosotros y no sobrevivía a habérmela perdido. Pero tranquilos, cuando alguna foto llegue a mi poder, antes de destruirla la subiré en este post.

El caso es que iba yo toda decidida a contarles la puñetera historia cuando me ha salido de las narices pararme, no me he quedado en blanco, aunque todo el mundo lo crea, simplemente me ha apetecido quedarme ahí parada y decir la frase más inteligente del mundo:

-... Esto... osea... a ver... pues... si, eso.

Silencio absoluto, podía oír la sangre fluir por las venas de los niños (hay que ver lo bonita que estaría derramada por el suelo), así que he decidido recurrir a lo que mejor se me da: ser borde.

- Bueno, hasta ahora era todo muy tranquilito ¿no? Pero ahora viene lo bueno porque, ¿a vosotros os gusta la acción?

- sssssinnnnnsino

- Va, si o no?

- ...

- Pues que sepáis que me da igual, os guste o no va a haber acción igualmente. Y como volváis a pasar de mi os parto la cara.

Bueno vale, a lo mejor lo de partirles la cara no lo he dicho en voz alta, pero lo he pensado muy fuerte. Seguro que a alguien en alguna parte del mundo se le ha reventado un grano por la intensidad de mi pensamiento.

Ahora que lo pienso, esta curradísima entrada no va a tener ni un solo comentario debido a su descomunal longitud... mmm...

Da igual, estamos en racha de post diario y mañana me tendréis porculeando aquí otra vez.

Y ahora todos a desearle ositos con “que te mejores” a A. que ha pillado la gripe y me ha dejado sola en ese cruel lugar al que los mortales llaman instituto...

...o morid!