Pueden pasarte muchas cosas importantes en la vida que realmente te hagan sufrir, tales como enfermedades, muertes o abduciones alienigenas. Pero a mi edad las catástrofes nucleares se reducen al señor Y (sí, porque señor X suena a nombre desgastado y poco original y/o misterioso) y dado que este es mi blog y lloro, pataleo y grito si me da la real gana voy a aporrear el teclado hasta que saque toda la rabia que se me queda dentro por cada segundo que paso a tu lado (si, segundos, y hoy hemos estado demasiado rato juntos así que echa cuentas y mira como me jode).
Porque en mi franja de edad pasan cosas tristes, muy tristes. Desde malas notas a discusiones con amigas pasando por los granos volcánicos y resto de trastornos patológicamente ridiculos que acarrea la adolescencia. Pero como esta es mi entrada vamos a hablar de EGO, y para EGO no hay cosa más triste que no tener novio y tus padres crean que si lo tienes. Si, porque hay gente que se pasa por el forro prefiere dejar pasar las cosas y no tener en cuenta los sentimientos de los demás, piensa que es todo tremendamente fácil de superar y la mejor manera de arreglar las cosas es ser el chico más maravilloso del mundo y queriéndome como solo él sabe hacerlo que no es como yo quiero que lo haga. Y así pongo todo esto, aún sabiendo que las posibilidades de que entres aquí y lo leas esto son altamente inflamables (si, inflamables) pero bueno, sinceramente ya me da igual, todo me da igual porque las cosas entre tú y yo no van cambiar y los dos vamos a seguir queriéndonos pero de manera muy diferente.
Y lo peor es que mis padres creen que estoy saliendo contigo porque de una manera u otra siempre nos pillan juntos y solos, manda huevos...
Pues eso...
Ah! Me han dado un premio en el instituto por este relato. 30€, le habrán puesto una pistola en la cabeza al tesorero para desembolsar tal cantidad de dinero...
Y odio a A. si, te odio porque en estos momentos estás en Londres y yo aquí muertecita de asco.
Gracias por la parte que me toca. xD
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