Viva mi depresión III

Visto lo popular que ha sido la anterior entrada (9 comentarios, ooh que bien voy a dormir esta noche) os pondré fotos más a menudo. De momento solo escribo este post en uno de mis momentos depresivos y que molan tan poco, pero que le vamos a hacer: soy una puñetera adolescente y esto es lo que toca. Algún día volveré a mi planeta de origen en el que ya tengo 516 años y soy venerada como una diosa.
Ahora me iré a las Fluorescencias a repartir depresión adolescente como una loca, mañana subiré una entrada con el relato de las muñecas de porcelana para quitar este de en medio y ya está. ¿Sabeis qué os digo? Que es mi blog y me pongo tonta si me da la gana. Porque me jode que sabiendo lo que sabes (y no hablo de tí, mi querido lector, que no tienes culpa de nada y te estoy contando mis problemas) no seas capaz de darme una respuesta clara, y si intentas arreglar las cosas evitando el tema no es una buena idea. Sabes que prefiero que me digas la verdad y de un zas! en toda la boca te cargues mis ilusiones. Que no me importa, ya no me importa; y se que tú no pretendes jugar conmigo, solo intentas no hacerme daño y te está saliendo el tiro por la culata. Que me muero por tí (no literalmente) y lo sabes. Y que yo soy más importante para tí de lo que parece también lo se. Así igualmente sabemos que así no funcionan las cosas, que si de un lado la balanza se derrama y del otro nos falta solo conseguiremos salir perjudicados ambos. Pero es que me estás volviendo l o c a, maldito mortal. Que no te mereces ni la mitad de lo que estoy sufriendo por tí.
En cualquier caso sabes que no cambiaré, si no te gusta siempre puedes recurir a la FHM o como se diga, copón.

Mañana más y mejor. No hace falta que leais, ni siquiera hace falta que comenteis pero si lo haceis pues me pondré contenta y... no os mataré inmediatamente)